Envejecimiento cronológico y Fotoenvejecimiento

Todo  organismo  llega  a  una  fase  regresiva  de su  ciclo  vital  que  se  manifiesta  por  cambios anatómicos,  fisiológicos  y  anímicos.  Esta  fase se conoce genéricamente como envejecimiento. Este  comporta  un  conjunto  de  modificaciones que tienen lugar en el organismo como conse- cuencia del tiempo vivido y del modo cómo se ha vivido. En su sentido más amplio, envejeci- miento  significa  «cambio»,  «crecimiento»  y no  exclusivamente  «senilidad»,  acepción  que conlleva  una  visión  desagradable  de  deterioro físico.
Las condiciones ambientales, junto con el debilitamiento  del  sistema  inmunológico  y  causas genéticas, constituyen un factor importante en el envejecimiento.  Entre  ellas  cabe  destacar  como fundamental  a  los  radicales  libres,  que  provocan la oxidación de moléculas vitales. Cosméticamente es difícil parar estos procesos, pero sí es posible ralentizarlos.
Las arrugas son trastornos que se consideran como signo  característico  de  la  transición  de  la  edad joven  a  la  senil.  Al  gran  interés  público  por  este tema,  se  contrapone  el  escaso  interés  de  la  clase médica, que considera las arrugas como un proceso fisiológico y no patológico.  Las principales  causas  de  la  formación  de  arrugas son:

– Envejecimiento cutáneo cronológico.

– Degradación de las fibras elásticas: colágeno y elastina.

–  Fotoexposición  (sol  y  factores  ambientales, contaminación, tabaco).

– Movimiento muscular y articular.

– La fuerza de la gravedad.

El  sol,  el  tabaco,  el  oxígeno  de  la  atmósfera,  es decir, cualquier proceso oxidativo puede dar lugar a  la  formación  de  radicales  libres,  moléculas  que necesitan  captar  un  electrón  para  estabilizarse electroquímicamente,  proceso  que  inicia  un  ciclo destructivo  para  las  células:  atacan  las  fibras  de sostén  (colágeno,  elastina  y  ácido  hialurónico)  y desestabilizan los lípidos de membrana.



Con el paso del tiempo, en la piel se producen alteraciones fisiológicas que se  manifiestan  en  forma  de  flacidez cutánea.  A  continuación,  destacamos los cambios morfológicos más importantes que se observan en una piel con flacidez:

  • –  Las fibras de colágeno han disminuido en cantidad y en calidad. Se reduce el colágeno soluble y se engrosa el  colágeno  insoluble.  Además,  los  fibroblastos  sintetizan  menor  cantidad de colágeno.
  • –  Los  glucosaminoglicanos  o  mucopolisacáridos  se  han  reducido  en número.  De  ahí  que  la  capacidad  higroscópica  de  la  piel  —la  principal función  de  los  mucopolisacáridos  es retener  el agua  de  la  dermis—  se  reduzca  y  se  observe  menor  contenido hídrico en la dermis.
  • –  Las  fibras  de  elastina  han  disminuido. Además estas fibras han perdido  su  estructura helicoidal  e  incluso las uniones laterales entre ellas.




Con un buen tratamiento cosmético, aportaremos activos que minimicen los cambios cutáneos anteriormente descritos. Los cosméticos  reafirmantes  no  sólo  hidratan,  sino  que  aportan activos que mejoran la turgencia y reestructuración de la piel. Suelen presentar mayor remanencia que los cosméticos hidratantes y se formulan tanto en emulsión O/W como W/O, o incluso en forma de gel.

El cosmético reafirmante está indicado para recuperar la turgencia o prevenir la flacidez del tejido cutáneo. Por tanto, su composición está formulada para mejorar la estructura del tejido conjuntivo. Además se incluyen normalmente activos tensores que mejoran la apariencia de la piel.

Consultá por tratamientos reafirmantes faciales y corporales, tensores y rejuvenecedores.
Luego de una agresión por fotoexposición, la piel necesita recuperarse, existen tratamientos renovadores que pueden otorgar luminosidad, elasticidad y turgencia a tu piel, te espero en mi gabinete!

No olvides usar protector solar diariamente, aún en días nublados.

Fuente: Revista “Dermofarmacia”, Reafirmantes faciales y corporales, páginas 54-57. Vol. 20, Núm. 1, Enero 2006.

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