Tipos de piel
Antes de comenzar a hablar sobre los diferentes tipos de piel, es necesario que recordemos, que esto está determinado genéticamente, luego hay que sumarle las condiciones ambientales, la alimentación, los productos que utiliza como higiene, el tipo de trabajo que hacés (podés estar en constante exposición al sol, o con ninguna exposición), y aún hay muchos otros factores. Pero vamos a decir, que tu tipo de piel, en resumidad cuentas, está determinado principalmente, por el balance que existe entre las secreciones lipídicas (grasa, sebo) y las secreciones acuosas (sudor y perspiración insensible). Entonces, llegamos a tres tipos de balances, con todas las aristas posibes, una es el equilibrio perfecto entre lípidos/acuosos, esto es piel normal. Otro es muchos lípidos y mucha agua, una piel seborreica o grasosa, y la otra es poco lípido y poca agua, una piel seca.
Mientras la secreción lipídica sea mayor que la acuosa, siempre estamos en presencia de una piel grasa, si de repente tenemos poca y nada de agua, pero mucho lípido, es una seborreica o grasosa, pero deshidratada, sigue siendo seborreica, aunque en algunas zonas parezca seca. Y si por el contrario, no tenemos secreción lipídica o es escasa, es una piel seca, porque podría tener secreciones acuosas, pero al carecer de lípidos, éstas se evaporarían rápido, así que estamos ante una piel seca y además deshidratada.
Ahora sí, con esto en mente, repasemos los clásicos clasificatorios de los tipos de piel.
PIEL EUDÉRMICA O NORMAL
Es aquella que se encuentra en un perfecto equilibrio secretorio sebáceo y sudoral, presentado una óptima hidratación.
Características de la PIEL NORMAL:
•Superficie lisa y suave al tacto
•Color rosado uniforme
•Brillo moderado
•Espesor fino
•Poros poco visibles
•Tolera bien los jabones
•No descama con facilidad
•Resistente a temperaturas
extremas
PIEL SECA
Una piel puede estar seca por disminución del manto hidrolipídico (ausencia de grasa, pérdida de agua en la capa córnea, o coexistencia de ambas), o por causas exógenas, como exceso de lavado, actividad profesional y características climáticas. Son pieles finas, tensas y estiradas, reactivas a estímulos externos, con tendencia a presentar eritema, prurito, descamación y sensación de tirantez.
Características de la PIEL SECA:
•Fina, opaca y sin brillo
•Áspera y rugosa
•Con descamación fina
•Poros poco perceptibles
•Poco elástica, con tendencia a arrugas y al envejecimiento precoz
•Fácilmente irritable
•No tolera bien los jabones y sustancias deslipidizantes
•No resistente temperaturas extremas
PIEL GRASA
Es aquella que presenta un aumento de secreción sebácea. Las zonas seborreicas clásicas son: el cuero cabelludo, la región centrofacial (zona T: frente, nariz y mentón), la zona centrotorácica e interescapular.
Características de la PIEL GRASA:
•Gruesa
•Untuosa
•Húmeda y brillante
•Folículos pilosebáceos dilatados
•Tendencia a aparición de comedones
•Involución etaria tardía, con poca tendencia a aparición de arrugas
•Resistente a la acción de agentes externos
¿PIEL MIXTA?
Tìpicamente, se dice que es la coexistencia de diferentes tipos cutáneos en el mismo individuo. El ejemplo más característico es encontrar piel seborreica en la zona central de la cara (zona T) y piel seca en mejillas. También se pueden combinar distintos tipos de piel en distintas zonas del cuerpo, por ejemplo piel normal en la cara y grasa en la espalda. Como dijimos al inicio, esto tiene la principal determinación genética, lo que puede suceder es, tener partes de tejido cutáneo más sensibilizados por X motivos, y llegar a padecer este tipo de alteración por zonas. Comúnmente llamada también "piel combinada".
PIEL DESHIDRATADA
Se caracteriza por la disminución del contenido hídrolipídico de la capa córnea. Ésta puede ocurrir por una menor oferta de agua desde las capas basales de la epidermis o por factores externos, como los atmosféricos (radiaciones UV, viento, humedad, climas fríos y secos, etc.) o la utilización de productos químicos agresivos e irritantes como jabones, detergentes o contactos prolongados con el agua. Los lípidos cumplen la función de mantener los niveles de agua para las funciones metabólicas de la piel, su ausencia o disminución repercute de manera crucial en el correcto desarrollo de su función de protección y metabolismo.
PIEL SENSIBLE
La piel sensible es aquella que reacciona con facilidad y rapidez ante cualquier agresión ambiental (frío, calor, aire acondicionado). Ante una emoción imprevista, la piel suele sonrojarse notoriamente. En otros casos, se trata de una piel que reacciona a los agentes irritantes naturales y artificiales del entorno. Cada día, más mujeres declaran tener piel sensible. Esto se debe principalmente a que en la sociedad moderna, existen muchos agentes que aumentan o desencadenan dicha sensibilidad, tales como el aire acondicionado, la mala alimentación, el estrés, el tabaco y la contaminación ambiental. Se presenta como una piel suave, fina al tacto, hiperreactiva ante estímulos normales o mínimos, pudiendo generando enrojecimiento, irritación, descamación, tirantez y sensación de prurito o ardor.
NUEVAMENTE, RECOMENDACIONES PARA EL CUIDADO DE LA PIEL:
Uno de los aspectos más importantes en el cuidado de la piel es la higiene diaria. La limpieza de la piel elimina contaminantes ambientales, sudor, sebo, células descamadas y microorganismos. Sin embargo es importante utilizar productos adecuados para tal fin, debido a que la utilización de productos incorrectos puede retirar el agua y los lípidos de la superficie cutánea que le brindan protección y flexibilidad, e inclusive irritarla, como es el caso de los detergentes o solventes orgánicos. Productos que contengan alcohol pueden desequilibrarla. Es recomendable el uso de jabones o lociones diseñados específicamente para la higiene del rostro, que no resequen excesivamente la piel y que permitan conservar la hidratación interna de la misma. En el caso de la piel grasa la utilización de productos que regulen la cantidad de sebo permitirá que la piel del rostro se vea suave, limpia y saludable. Para las pieles sensibles y especialmente las atópicas, es recomendable la utilización de sustitutos del jabón, que permiten una adecuada higiene sin la irritación que producen los jabones habituales en estos tipos de pieles, y mantienen intacto el manto hidrolipídico. Las pieles sensibles requieren un cuidado especial. Es necesario que las formulaciones cumplan con ciertos requisitos: mínima cantidad de componentes, sin conservantes, sin perfumes y testeadas dermatológicamente. Luego de la higiene, y especialmente en las pieles sensibles, puede utilizarse agua termal. Ésta contiene minerales y oligoelementos, lo que le confiere beneficios demostrados clínicamente: antirradicales libres, antioxidante, antiirritante, antipruriginosa, descongestiva, calmante y cicatrizante.
ES SUMAMENTE IMPORTANTE LA UTILIZACIÓN DE PROTECTOR SOLAR, SIEMPRE.
FUENTE: Fascículos Dermatológicos |Junio 2010
Mientras la secreción lipídica sea mayor que la acuosa, siempre estamos en presencia de una piel grasa, si de repente tenemos poca y nada de agua, pero mucho lípido, es una seborreica o grasosa, pero deshidratada, sigue siendo seborreica, aunque en algunas zonas parezca seca. Y si por el contrario, no tenemos secreción lipídica o es escasa, es una piel seca, porque podría tener secreciones acuosas, pero al carecer de lípidos, éstas se evaporarían rápido, así que estamos ante una piel seca y además deshidratada.
Ahora sí, con esto en mente, repasemos los clásicos clasificatorios de los tipos de piel.
PIEL EUDÉRMICA O NORMAL
Es aquella que se encuentra en un perfecto equilibrio secretorio sebáceo y sudoral, presentado una óptima hidratación.
Características de la PIEL NORMAL:
•Superficie lisa y suave al tacto
•Color rosado uniforme
•Brillo moderado
•Espesor fino
•Poros poco visibles
•Tolera bien los jabones
•No descama con facilidad
•Resistente a temperaturas
extremas
PIEL SECA
Una piel puede estar seca por disminución del manto hidrolipídico (ausencia de grasa, pérdida de agua en la capa córnea, o coexistencia de ambas), o por causas exógenas, como exceso de lavado, actividad profesional y características climáticas. Son pieles finas, tensas y estiradas, reactivas a estímulos externos, con tendencia a presentar eritema, prurito, descamación y sensación de tirantez.
Características de la PIEL SECA:
•Fina, opaca y sin brillo
•Áspera y rugosa
•Con descamación fina
•Poros poco perceptibles
•Poco elástica, con tendencia a arrugas y al envejecimiento precoz
•Fácilmente irritable
•No tolera bien los jabones y sustancias deslipidizantes
•No resistente temperaturas extremas
PIEL GRASA
Es aquella que presenta un aumento de secreción sebácea. Las zonas seborreicas clásicas son: el cuero cabelludo, la región centrofacial (zona T: frente, nariz y mentón), la zona centrotorácica e interescapular.
Características de la PIEL GRASA:
•Gruesa
•Untuosa
•Húmeda y brillante
•Folículos pilosebáceos dilatados
•Tendencia a aparición de comedones
•Involución etaria tardía, con poca tendencia a aparición de arrugas
•Resistente a la acción de agentes externos
¿PIEL MIXTA?
Tìpicamente, se dice que es la coexistencia de diferentes tipos cutáneos en el mismo individuo. El ejemplo más característico es encontrar piel seborreica en la zona central de la cara (zona T) y piel seca en mejillas. También se pueden combinar distintos tipos de piel en distintas zonas del cuerpo, por ejemplo piel normal en la cara y grasa en la espalda. Como dijimos al inicio, esto tiene la principal determinación genética, lo que puede suceder es, tener partes de tejido cutáneo más sensibilizados por X motivos, y llegar a padecer este tipo de alteración por zonas. Comúnmente llamada también "piel combinada".
PIEL DESHIDRATADA
Se caracteriza por la disminución del contenido hídrolipídico de la capa córnea. Ésta puede ocurrir por una menor oferta de agua desde las capas basales de la epidermis o por factores externos, como los atmosféricos (radiaciones UV, viento, humedad, climas fríos y secos, etc.) o la utilización de productos químicos agresivos e irritantes como jabones, detergentes o contactos prolongados con el agua. Los lípidos cumplen la función de mantener los niveles de agua para las funciones metabólicas de la piel, su ausencia o disminución repercute de manera crucial en el correcto desarrollo de su función de protección y metabolismo.
PIEL SENSIBLE
La piel sensible es aquella que reacciona con facilidad y rapidez ante cualquier agresión ambiental (frío, calor, aire acondicionado). Ante una emoción imprevista, la piel suele sonrojarse notoriamente. En otros casos, se trata de una piel que reacciona a los agentes irritantes naturales y artificiales del entorno. Cada día, más mujeres declaran tener piel sensible. Esto se debe principalmente a que en la sociedad moderna, existen muchos agentes que aumentan o desencadenan dicha sensibilidad, tales como el aire acondicionado, la mala alimentación, el estrés, el tabaco y la contaminación ambiental. Se presenta como una piel suave, fina al tacto, hiperreactiva ante estímulos normales o mínimos, pudiendo generando enrojecimiento, irritación, descamación, tirantez y sensación de prurito o ardor.
NUEVAMENTE, RECOMENDACIONES PARA EL CUIDADO DE LA PIEL:
Uno de los aspectos más importantes en el cuidado de la piel es la higiene diaria. La limpieza de la piel elimina contaminantes ambientales, sudor, sebo, células descamadas y microorganismos. Sin embargo es importante utilizar productos adecuados para tal fin, debido a que la utilización de productos incorrectos puede retirar el agua y los lípidos de la superficie cutánea que le brindan protección y flexibilidad, e inclusive irritarla, como es el caso de los detergentes o solventes orgánicos. Productos que contengan alcohol pueden desequilibrarla. Es recomendable el uso de jabones o lociones diseñados específicamente para la higiene del rostro, que no resequen excesivamente la piel y que permitan conservar la hidratación interna de la misma. En el caso de la piel grasa la utilización de productos que regulen la cantidad de sebo permitirá que la piel del rostro se vea suave, limpia y saludable. Para las pieles sensibles y especialmente las atópicas, es recomendable la utilización de sustitutos del jabón, que permiten una adecuada higiene sin la irritación que producen los jabones habituales en estos tipos de pieles, y mantienen intacto el manto hidrolipídico. Las pieles sensibles requieren un cuidado especial. Es necesario que las formulaciones cumplan con ciertos requisitos: mínima cantidad de componentes, sin conservantes, sin perfumes y testeadas dermatológicamente. Luego de la higiene, y especialmente en las pieles sensibles, puede utilizarse agua termal. Ésta contiene minerales y oligoelementos, lo que le confiere beneficios demostrados clínicamente: antirradicales libres, antioxidante, antiirritante, antipruriginosa, descongestiva, calmante y cicatrizante.
ES SUMAMENTE IMPORTANTE LA UTILIZACIÓN DE PROTECTOR SOLAR, SIEMPRE.
FUENTE: Fascículos Dermatológicos |Junio 2010
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